Texto y fotos: Ana Soto

 

Hacia las 6 de la tarde, hora en que la Arena VFG abrió sus puertas, todo lucía más bien tranquilo. Una hora más tarde la historia era otra por completo. Desde más allá de un par de kilómetros era posible ver a gente vendiendo y comprando playeras de Depeche Mode. Y unos metros antes de la entrada al estacionamiento, docenas de personas ofrecían los más variados modelos de playeras y posters. Ahí comenzaba la fiesta, pero una vez entre los autos estacionados la historia se multiplicaba: vehículo con la cajuela abierta, música de Depeche Mode y cervezas bien frías. La misma estampa una y otra vez.

 

Tan sólo pasar el primer filtro de seguridad, cordial y sin filas, tanto los stands promocionales de diferentes marcas como los locales de comida y bares del lugar reproducían a todo volumen los grandes éxitos de los Mode. En ninguna otra ciudad había presenciado un ambiente tan festivo y completamente dedicado a la banda de Basildon como aquí. El ánimo de la gente estaba por todo lo alto.

 

Aún cuando faltaban un par de horas para iniciar el concierto, muchos ya desesperaban por entrar y tener frente a sí el escenario en el que pronto verían a Dave entregarse por completo.

 

Sin una banda que abriera el concierto y casi puntuales por completo, Depeche Mode salió al escenario, a ese en el que sólo por unos momentos se extrañó la disco ball que le daba tridemensionalidad, pero muy pronto el desempeño de Martin y compañía haría que ese detalle se olvidara totalmente.

 

Sonrientes, evidentemente felices de reiniciar su Tour of The Universe y en especial aquí, en Guadalajara donde el público se mantuvo entregado desde el primer segundo hasta muchos minutos después de que la banda se despidió. Así fue: la gente nunca perdió el ánimo, a cada canción respondió apasionadamente y, por momentos, con los grandes clásicos, el recinto simplemente parecía venirse abajo de la emoción que ahí se respiraba.

 

Y es que desde el  principio los fans corrieron a apretujarse contra la valla de seguridad para estar lo más cerca posible de sus ídolos y no hubo fuerza alguna que los pudiera mover de ahí.

 

Martin jovial, con sus zapatos llenos de lentejuelas plateadas, desde el princio se sintió relajado en el escenario y regaló algunos pasos baile, uno tímidamente parecido al famoso Moonwalk. 

 

Dave por su parte, muy pronto busco víctimas entre las primeras hileras para mandar besos y coqueteos. Andy desde atrás disfrutaba cada momento con intensidad.

 

Y lo que todos se preguntaban: ¿podrá Gahan pronunciar Guadalajara? Sí, lo hizo muy bien y con total emoción. Incluso se dio el lujo de reptirlo más adelante.

 

No hubo grandes cambios en el setlist, fue muy parecido al que traían en Estados Unidos, pero aún así, sin ninguna canción sorpresa, los grandes clásicos del grupo fueron recibidos de manera casi histérica: gritos, coros, aullidos.

 

Para la sexta canción Dave sufrió un muy pequeño tropiezo a la hora de girar, lo cual provocó sus propias carcajadas, que compartió con todos en el escenario. De hecho, en todo momento buscaba la mirada de Martin para compartir entre sonrisas la emoción de estar de regreso, de estar esa noche en Guadalajara, con un público que simplemente estaba a sus pies.

 

Un momento muy emotivo fue hacia el final de Enjoy the Silence, cuando tras presentar a Martin, Dave se agachó lentamente mientras fuera del micrófono le decía: “Bows” (reverencias) y Gore le agradecía con una gran sonrisa. 

 

Pero sin duda el gran momento fue cuando antes, al interpretar su parte solista, Martin fue directo al final de la pasarela y ahí se puso de rodillas a tocar la guitarra para estar más cerca de la gente. En lo personal, nunca lo había visto hacer algo así. Sin duda Martin estaba agradecido con la enorme respuesta del público.

Y es que la pasarela es uno de los lugares donde más fácil es distinguir el ánimo de la banda: cuando la visitan una y otra vez sabes que están felices de su actuación. Y así sucedió este 1 de octubre en Guadalajara.

 

Las dos horas del concierto transcurrieron como si fueran rápidos minutos. Afortunadamente el tiempo se detuvo cuando Martin y Dave cerraron el concierto con una lenta y emotiva interpretación. Sí, esa que todos se preguntaban si traerían a México o la dejarían fuera de su setlist. Buenas noticias: viene y es de esos momentos que jamás se olvidan.

 

Gracias Depeche Mode por una noche tan especial en Guadalajara, este 1 de octubre del 2009 fue tan sólo el inicio de lo que parece ser una inolvidable gira por Latinomérica.

NOTA: si quieres conocer el set list de Guadalajara fue el número 19: http://www.depechemode.com.mx/dm2/index.php/depeche-mode/tour-of-the-universe/spoilers/877-canciones-de-la-gira.html