Por Rodrigo Alvarado E./Lanacion.cl/Foto: Elvis González

 

 

Partió fría la noche en el Club Hípico y no porque en la tarde unos fugaces granizos hayan humedecido el ambiente.

A las 21 horas David Gahan, Martin Gore y Andrew Fletcher salieron al escenario vestidos de fiesta y el salón estaba lleno para la celebración, pero a 15 años de su primera visita y con un discreto disco que promocionar (“Sounds of the universe”), abrieron la noche con los analgésicos singles “In chains”, “Wrong” y “Hole to feed”, más unas visuales interraciales proyectadas en una gigantesca pantalla LED, que podían confundir a cualquiera con un recital de U2.

 

Adultos, jóvenes, vampiros y pelolais empezaron a comulgar con la aparición de melodías reconocibles para varias generaciones.

“Walking in my shoes” (1993) y “It’s no good” (1997) fueron las primeras miradas, aunque Gahan ya había empezado a jugar al caño con el atril de su micrófono antes de “A question of time” (1986).

Gore marcaba la mitad del concierto con canciones como “Home” (1997) y regalaba sensibilidad para iniciar la conquista: como director de orquesta guió al Club Hípico en un susurro que siguió hasta el regreso de Gahan.

 

Globos de colores se escaparon de la pantalla con “Policy of truth” (1989). El contacto estaba y “In your room” (1993) y “I feel you” (1993) prepararon el ataque final: La versión extendida de “Enjoy the silence” (1989) desató a las cuarenta mil almas que vieron cómo Gahan los seducía por la pasarela con una bandera chilena. “Never let me down again”, canción de 1987 que jamás fue sencillo en Chile, ratificó que los amantes ya se conocían.

 

Vino el primer corte y otra vez Gore le pone romanticismo al asunto. Admiración para “Somebody” (1984), trance para “Stripped” (1986) y saltos para “Behind the wheel” (1987).

 

Tras un segundo quiebre, el larguísimo cancionero de tres décadas tenía caricias para rato -“Strange love” (1987), “Halo” (1989), “People are people” (1984) por nombrar tres que no tuvieron espacio en el concierto-, pero Depeche Mode fue frontal con un rockero y entrador “Personal Jesus” (1989), en que Gore impuso su pegajoso riff sobre la electrónica calculada que desapareció para el final, cuando la cabeza y el corazón de la banda cantaron a dúo, acompañados de un piano, la hipnótica “Waiting for the Night” (1989). “Nos volveremos a ver”, dijo Gahan a las 23 horas en punto. Sólo le faltó encender un cigarro.

 

Para  ver más fotos del concierto de Chile: lanacion.cl