Tras haber perdido su vuelo de conexión, Alan Wilder llegó a México más tarde de lo planeado pero eso no fue impedimento para darse un chapuzón en la cultura mexicana: tequila, tacos y pirámides.

 

“Me gusta viajar, me gusta conocer lugares” compartió un Alan de voz tranquila y mirada profunda a www.depechemode.com.mx, y eso es lo que lo mismo le permite hacer un recorrido por las calles de México que regresar a la ajetreada vida de gira tras 16 años de no hacerlo, con detalles tan inesperados como tener que viajar más de 20 horas por carretera debido a la nube de ceniza s causada por el Volcán Eyjafjallajökull.

 

Y no es extraño que esta sea, de hecho, la primera gira de su proyecto Recoil, pues este viernes 14 de mayo tras platicar con Alan y verlo supervisando cada detalle de su presentación, descubrimos a un Wilder mucho más interesado en los pequeños detalles, en la perfección técnica, en lo que sucede en el estudio y con sus colaboradores, que en contar con un séquito de fans demostrándole su admiración a cada oportunidad.

 

Pero para alguien de su talento esto resulta totalmente imposible: el público mexicano no sólo llenó el Lunario la noche de ese viernes, también le demostró que están con él no por su famoso pasado, sino por la adelantada propuesta musical que ha realizado durante 24 años.

 

Cerveza en mano,la primera de varias, Alan Wilder salió al escenario de El Lunario, apenas un par de minutos después que Paul Kendall; con los brazos levantados recibió la ovación del público y se dispuso a tomar su lugar detrás de su Mac, donde nunca dejó de disfrutar su propia música y de hacer disfrutar a cada uno de los que esa noche apenas daba crédito de tener al mismísimo “Boss” frente a sus ojos.

Pronto la entrevista completa y más.

Foto: Mistake

Video: Dexter