En una entrevista posterior, Martin alimentó aún más el mito de que éste había sido un proyecto especialmente difícil al comentar que tras terminarlo, él dudaba si Depeche Mode alguna vez haría otro disco. Sin embargo, Alan explica: “Es bastante normal que, cuando llega el final de la grabación de un álbum, para que haya una cierta tensión en el aire, se pasa demasiado tiempo cerca de la misma gente, lo que te pone ansioso después de un tiempo. Black Celebration no fue diferente en este aspecto.”

A pesar de esta diplomacia, las tensiones sí existían para asegurarse de que el álbum se convirtiera en el último donde aperecían la co-producción del proyecto la combinación de Daniel y Gareth Jones, aunque como veremos, fue difícil para Daniel separarse del monstruo que había ayudado a crear.